Noticia de un milagro
En
noviembre de 2014, me implantaron una prótesis en la rodilla derecha,
afortunadamente todo salió bien y mi recuperación fue pronta, empero, luego del
primer trimestre del año 2015, mi salud en general empezó a deteriorarse, no
tanto por la referida operación y más bien teniendo que ver con una enfermedad
crónica que padezco hace un par de años y otra que me aqueja hace mas de quince.
En
los hechos, los síntomas eran poco tolerables, dolores intensos en la cabeza
que me llevaron a los servicios de emergencia en tres ocasiones, en la última,
me dieron de alta el mismo día de mi cumpleaños; por meses sentía un malestar
general y vómitos constantes cada vez que pretendía ingerir cualquier comida
del día, resultando que en este proceso perdí como quince kilos de peso, a no
ser, por la ingesta de un vitamínico en polvo que me mantuvo en los limites
mínimos de subsistencia durante el resto de ese penoso año.
Durante
aquel tiempo fui a consulta médica con varios profesionales de distintas
especialidades quienes hasta el día de hoy no pudieron identificar que me
sucedía, o que tratamiento seguir, al extremo de sugerirme la consulta con un
psicólogo o psiquiatra por el cuadro de depresión que ya se hacia evidente. Es
en esta circunstancia en la que terminando el año 2015, solo nos aferrábamos a
la fe y asimismo, algunos amigos organizaron cadenas de oración, que también
nosotros, en lo íntimo de la familia, lo hacíamos todas las noches.
Paralelamente,
y por una buena amiga de la familia, contactamos con una psicoterapeuta que estaba
casualmente en la ciudad; tal como uno se imagina, hice un poco más de tres
sesiones para indagar en lo que me sucedía y poder encontrar alguna mejoría. Precisamente
en uno de esos días, en el que aterriza esta historia, fui atendido en mi
domicilio siguiendo la rutina que se me había programado, terminando la misma
fui a buscar a mi familia para volver por la noche a nuestro domicilio.
El
camino a casa fue normal, como generalmente sucedía a diario, salvo por dos
accidentes en motocicleta que vimos y que pudimos esquivar y donde
afortunadamente yo no manejaba el automóvil ya que en mis condiciones, tal vez,
no hubiera podido sortearlos causando un accidente más grave que el que ocurría.
Llegando
a nuestro domicilio, y al momento de ingresar por la puerta principal que
conducía a la sala y el resto de habitaciones, fuimos sorprendidos por un
fuerte aroma a flores que venían de adentro y hacia fuera de nuestro
departamento, como era natural, nos causo bastante extrañeza ya que en nuestro
hogar no teníamos ninguna planta o flores, por otro lado, las ventanas estaban
cerradas y lo más extraño era que el dulce y fuerte olor a flores tampoco
provenía de afuera de la calle. Me preguntaron que si en la sesión de
psicoterapia habíamos realizado aromaterapia, pero obviamente nunca se hizo tal
procedimiento y que así fue confirmado por la profesional que me atendió, en la
duda en que yo no recordaba lo que se hizo en dicha sesión. Este episodio, nos
pareció extraño y casi rayano en lo increíble por lo inexplicable de las
circunstancias y condiciones en que había sucedido, sin embargo, esa noche no
le dimos mayor interpretación, pero si sentimos que se trataba de algo
especial.
Al
día siguiente, me levante con mejor animo y después de meses pude desayunar sin
vomitar lo que ingería pudiendo retener el alimento que consumía, lo mismo
sucedió con el almuerzo y la cena; al
segundo y tercer día, los dolores de cabeza y el malestar general habían
desaparecido y resultaba ser una recuperación extraordinaria de mi salud. En
ese momento, volvimos a pensar en el incidente del aroma a flores que pasó unos
días atrás; a esa altura, nos convencimos que lo que había pasado era un
verdadero milagro, al mismo tiempo, tratábamos de darle alguna explicación a mi
estado de salud, pero no había una explicación lógica, el olor a flores al
interior de nuestra casa y otros puntos que recién caíamos en cuenta, como el
hecho de percatarnos que esa noche -antes de los accidentes de motocicleta-
vimos un pasacalle que invitaba a un tour a México para visitar a la Virgen de
Guadalupe, y otros detalles que me reservo de contarlos. Pero lo más asombroso
fue que lo sucedido pasó en el día en que se celebraba la festividad de dicha Virgen.
Es por ello que hasta el día de hoy, creemos que se realizó un milagro sobre mi
salud y fue bajo la advocación de la Virgen María.
Así
de esta manera, lo manifestado por la Virgen a Juan Diego cuando este le contó
la enfermedad de su tío, tiene una nueva dimensión y significado para nosotros:
“…Oye y ten entendido, hijo mío el más
pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón, no
temas esa ni ninguna otra enfermedad o angustia. ¿Acaso no estoy aquí yo, que
soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy tu salud? ¿Qué más te falta? No
te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella; está seguro de
que ya sanó…”.
Hoy
a un año de este milagro que me salvo la vida, porque pensé que la perdería, no
puedo dejar de dar testimonio de lo sucedido y estar seguro que los milagros si
existen y que la fe es el primer paso para encontrarlos.
Nicolás
Cusicanqui Morales
Arequipa-Perú,
Diciembre de 2016.
Día de la Virgen de Guadalupe